La Selección Mexicana de futbol eludió el castigo impuesto por la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) originado por el popular grito homofóbico durante el Mundial de Qatar 2022 y podrá jugar con público su primer partido del año en el Estadio Azteca.
La Federación Mexicana de Futbol (FMF) informó que si bien la FIFA había anunciado el pasado viernes que el Tri se había hecho acreedor a una multa de 108 mil dólares y un juego a puerta cerrada, será posible disputar su próximo juego con espectadores.
#Selecciones | La FMF informa en relación a la sanción impuesta por la Comisión Disciplinaria de #FIFA.
Detalles: https://t.co/Kcw2JcPypL#FMFporNuestroFútbol pic.twitter.com/923ONeOTHr
— Federación Mexicana de Fútbol (@FMF) January 19, 2023
Dicho compromiso será ante la Selección de Jamaica el próximo 26 de marzo en el Estadio Azteca, correspondiente a la Liga de Naciones de la Concacaf.
Cabe recordar que la sanción vino por el grito homofóbico durante los partidos ante las selecciones de Polonia y Arabia Saudita en la Copa del Mundo de Qatar 2022.
“Después de haber solicitado a FIFA la aclaración y alcance de la sanción, dicho organismo ha confirmado que la Selección Mexicana podrá disputar su siguiente partido con espectadores, en el entendido de que la FMF se encuentra de un periodo de observación de dos años, por lo que de repetirse alguna conducta discriminatoria por parte de los aficionados mexicanos, FIFA, en su momento podrá hacer efectiva dicha prohibición”, detalla el comunicado de la FMF.
El costo del grito homofóbico
El “grito maldito”, como algunos lo llaman, le ha provocado a la FMF multas que en conjunto ya superan los 13 millones de pesos.
La primera multa se reportó en el 2015 y en el 2017 se ganó un pleito en el TAS por la misma situación. En esa época, el Tribunal de Arbitraje Deportivo avisó:
“Incluso si esas expresiones y palabras no fueron utilizadas con la intención de discriminar y ofender a alguno de los jugadores a las que estaban dirigidas, las mismas pueden ser consideradas discriminatorias u ofensivas por su propia naturaleza y, por tanto, no deben ser toleradas en los estadios de futbol”.
