Por David Uriarte
Alternativo.mx / Las personas inteligentes, trabajadoras y honestas son una garantía en todas las áreas de la vida.
Las nuevas administraciones políticas locales y federales tendrán mucho que aprender de aquéllos que saben hacer su trabajo de manera magistral.
Lo estrictamente operativo y lo estrictamente político no se aprende por decreto, es decir, no basta con decir yo soy el “bueno” o yo soy el nuevo jefe, o yo soy el que manda, mucho menos presentar las credenciales académicas. La experiencia es un activo incalculable. La inteligencia mezclada con iniciativa y motivación, más la ética en el desempeño laboral, representa la seguridad en la consecución de los objetivos de la administración pública.
La curva de aprendizaje en el nuevo modelo de administración. Estará llena de buenas intenciones y de pifias propias de aquellos cuyo profesionalismo está en ciernes.
La preocupación propia de los expertos en las distintas áreas del quehacer público debe desaparecer. Aún más, deben prepararse para convertirse en verdaderos asesores de los nuevos titulares.
En teoría, todos los puestos de confianza serán ocupados por gente comprometida con su jefe, su grupo o partido, “como debe ser” diría una experta en comunicación.
Precisamente, una oficina sensible o clave en cualquier administración pública es la de Comunicación Social, no basta con ser o tener experiencia en arrastrar la pluma, se debe tener inteligencia y habilidad social. Es decir, el puente entre la verdadera grandeza de un gobierno y la percepción de su pueblo, es la comunicación social.
En una verdad descriptiva y no valorativa, tanto el gobierno de Quirino Ordaz como el de Antonio Castañeda tienen unos verdaderos lobos de colmillo retorcido en las áreas de comunicación social, por lo tanto doble contra sencillo que al terminar sus respectivos periodos no necesitarán buscar trabajo, los van a llamar, si no al tiempo.
La precisión quirúrgica de las operaciones de la titular de Comunicación Social del H. Ayuntamiento de Culiacán la convierten de manera natural en una pieza necesaria cuando de estrategia mediática se trata, por eso, como dicen sus amigos, se anda riendo sola.
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