Ruido de Fondo: Huele a estupidez humana

0
707
Ruido de Fondo

¿Qué tienen de parecidos Adolf Hitler y Elvis Presley? Podría decirse que no mucho, pero es curioso como estos dos personajes tan diferentes se entrelazan en una relación académica de dos profesores de universidad. Dos seres totalmente distintos se vuelven parte de una narrativa moderna, con tono humorístico rayando un poco en lo satírico y en lo paródico. Esto es Ruido de Fondo de Don Delillo, pero para seguir hablando de eso, devolvámonos un poco, o mejor dicho comencemos por el inicio, mi inicio.

Don Delillo escribe White Noise o Ruido de Fondo en español en el año de 1985. Aunque el contexto tecnológico y social de este libro parece muy lejano, en mi opinión la situación moderna y la ironía cómica que allí se encuentra no está para nada alejado de nuestra actualidad en el 2022. Don Delillo trataba de atrapar la energía y el sabor del presente en los 80, pero al final logró atrapar la esencia humana cargada de la modernidad, el capitalismo y el consumismo extremo que nos mantiene lo suficientemente distraídos de lo que sucede en la sociedad para no darnos cuenta que en cualquier momento esa nube tóxica nos puede matar a todos o peor hacernos caer en la extraña cotidianidad de ser unos sabelotodos con túnicas sin mangas fruncidas a la altura de los hombros.

Ruido Blanco

Sigamos yendo hacia atrás,  o mejor dicho vayamos a un elemento particular y es la traducción de White Noise, esta literalmente traduce ruido blanco, pero ¿por qué al castellano se ha traducido como Ruido de Fondo? El ruido blanco no nos genera un sonido claro o una imagen nítida de algo, entonces entendiéndolo de forma literaria es ese ruido que está siempre presente, lo “escuchamos por todas partes” cambia constantemente y generalmente no logramos identificar que es, le da cierta esencia a la vida, a la historia.

Por eso Ruido de Fondo tiene sentido como traducción al español. Es ese escándalo, estruendo, bulla y algarabía que siempre está ahí adornando la existencia, que no conocemos o reconocemos parcialmente. Que comienza como un suspiro que tarda en llegar a nosotros y que luego puede dejarnos sordos, que no es solo uno. El miedo a la muerte, la rutina diaria que no notas que te estorba, el ir a un parque y pensar más en conservar el recuerdo con una foto que en vivir el momento, el coqueteo de tu compañero con tu esposa y su posible infidelidad.  La nube que recorre ruidosa o “silenciosamente” los caminos hasta que toca tu puerta y te obliga a recibirla.

Héroe actual

Esta novela es un poema a la cotidianidad y realidad humana, como se ve en los personajes de la Trilogía de New York de Paul Auster, la belleza de lo humano, de lo real, superando el concepto del héroe fantástico. Aunque Jack Gladney vive en una historia casi de ciencia ficción, nos narra lo común y no por ello menos complicado, de la vida, el miedo a morir, las frustraciones, dolores y placer tanto pequeños como grandes que estamos sintiendo todo el tiempo. No todo el tiempo se está feliz, ni tampoco tristes, enojados o frustrados; por eso en forma de novela, esto es un poema al héroe actual, ese héroe que lucha por levantarse todos los días y vivir esa vida que tiene, ese que puedes ser vos y que puedo ser yo.

En ocasiones es como una letanía a lo simple de la vida, a lo que existe y naturalizamos a tal punto que realmente no somos conscientes de que sigue ahí, llenando o vaciando nuestras vidas. Don Delillo tiene esa capacidad de hacerte notar que esa valla publicitaria que ignorabas todos los días al ir a la escuela o al trabajo realmente estaba mal escrita, los detalles, los pequeños detalles que son, en ocasiones, más importantes que los sucesos o cosas “significativas”. El mismo lo dice iniciando Ruido de Fondo por allá en la página 12 “Los gestos decorativos aportan romanticismo a la vida”.

Narrativa descriptiva

Una sensibilidad por el mundo, una lectura constante de poesía y el entorno permite escribir escenas que tus lectores van a literalmente imaginar en sus cabezas. Esta novela, queridos lectores previos, les permitirá dar cuenta de una narrativa extremadamente descriptiva, un conteo de muchos objetos, dónde se encuentran en el espacio y cuál es su utilidad, algunos solo adornan la escena del momento, otros tienen por supuesto una razón de ser y existir en ese momento. Les permitirá visualizar adecuadamente las acciones que se están realizando y en un buen sentido las que se realizarán.

Estaremos cargados de escenas que tal vez no aportan tanto a la historia, digo estaremos porque por supuesto yo volveré a este libro, pero estas escenas permiten entender mejor a los personajes, esa profunda naturalidad de su ser que hace parte de la vida misma y que como he dicho antes generalmente ignoramos cuando habitamos tanto un espacio o compartimos mucho con otras personas. Además, que me perdonen los profesores de periodismo y algunos escritores de literatura; pero estas escenas que “no aportan nada” a la historia de la novela son espectaculares, lo cotidiano debería ser más narrado, contar lo simple de la vida no debería ser considerado algo malo, este libro para mí fue ver lo poético de lo cotidiano.

Cotidianidad hermosa

Y es precisamente lo poético de lo cotidiano lo que permitió ver a fondo la mentalidad de los personajes, el coqueteo de uno, el intenso análisis de otro y el profundo deseo de normalidad de algunos. Cenar en familia y ver cómo cada personaje puede vivir ese momento tan común en cualquier parte del mundo. Que estatura tienen, como le hablan a sus hermanos, como ignoran a otro, que comen y que no les gusta comer.  Unas construcciones de mentalidad, aspecto y personalidad que logramos ver precisamente en ese uso armonioso de lo ordinario, de lo natural, de lo cotidiano.

“Soy el falso personaje que sigue los pasos del hombre”

Tal vez el verdadero protagonista de esta historia no es Jack Gladney sino Hitler que se encarnó en la piel de Jack gracias a Don Delillo. Un Hitler que se ha dado cuenta que perdió la Segunda Guerra Mundial y necesita no morir, necesita mantenerse en la historia de las personas hasta que sea el mundo entero el que se autodestruya, porque el mundo huele y no precisamente a grandeza.

Un famoso profesor de universidad que ha tenido tres esposas y varios hijos, que ahora se encuentra con la cuarta y entre estos dos se han unido las familias. Un profesor con su particular toga que es tan experto en un tema tan particular que crea su propio estudió sobre alguien que ocasionó directa o indirectamente la muerte de millones de personas. Sería una mala parodia de la modernidad si este mismo profesor de alguna forma no fuese el mismísimo Hitler, manteniéndose vivo a las malas y disfrutando de esa vida normal y rutinaria que no pudo tener en Alemania.

“¿Quién de los dos morirá primero?” le dice Babette a Jack Gladney y Hitler definitivamente teme morir. Es una pregunta que rodea toda la historia, que avanza al mismo tiempo que avanza la vida de todos los personajes, viven en un pueblo que es más un cementerio gigante, pues los muertos son ellos, y si, tal vez exagero, al menos la muerte si hace parte de sus vidas, los abraza, los une y enamora; fue en parte por el encanto y temor a la muerte que estos dos esposos se acercaron y generaron una nueva familia.

Miedo a la muerte

El miedo a la muerte es el elemento transversal a toda la historia de Don Delillo, ese momento final de la vida humana gira, corre y salta con todos los personajes. Es normal temerle a la muerte, pero ¿hasta qué punto dejamos de hacer cosas o hacemos precisamente cosas por culpa de ese miedo? Ruido de Fondo tiene un uso cargado de comedia para hablar de todos sus temas y por supuesto el miedo a la muerte no se queda sin su carga satírica de ese miedo, de la estupidez humana que lleva a las personas a no vivir y querer conservar, pero nunca vivir, solo tener objetos a los que volver para contar y disimular que sí estuvieron en dicho lugar, que sí vivieron dichos sucesos. Tememos morir, pero les digo sinceramente, creo que nunca nos permitimos vivir.

Es precisamente la nube tóxica que en un momento de la novela puede matarlos a todos; es el elemento con el que deseo finalizar para que puedan continuar con su lectura y crear sus propias imágenes y llegar a sus propias conclusiones, desde ya les deseo buena lectura, buen poema y buena muerte, o buen miedo a la muerte.

Nube

La nube tóxica o la estupidez humana, las dos cosas huelen lo suficientemente mal y las dos te matan. Esta es una historia que narra la modernidad, la violencia, la ironía con la que vivimos el día a día; el chiste que somos como humanidad y el buen chiste que cuenta la misma novela. La superioridad intelectual como herramienta para criticar la estupidez del otro y la estupidez humana como herramienta para ignorar todo lo que sucede con nosotros y a nuestro alrededor.

Les aseguro que una u otra cosa nos matará, pero en lo que deseo hacerles énfasis es que las dos cosas pueden ser una sola. La necedad, insensatez e imbecilidad humana puede tener el mismo logro que la nube tóxica: nuestra muerte. Los avances tecnológicos que seguro acabarán con nosotros. El odio de la población “x” hacia la población “y” que llevará a que se acaben entre ellas. No necesariamente lo peor será la muerte, ser zombis en mí no tan humilde opinión, es mucho peor.

Rutina

Vivir sin darnos cuenta de nada, con la maldita rutina que acaba con nuestros deseos de existir, pero que no logra en nosotros la valentía de matarnos. Ruido de fondo nos carga de muchas preguntas, nos genera cuestionamientos y sin dudarlo un par de risas. Pero, a su vez, nos hace sentir ese olor, ese asqueroso olor que sale silenciosamente de nuestros cuerpos. Don Delillo, en cambio, nos mete en la historia, nos monta a un triciclo y nos hace sentir cuál niño a punto de tirarse calle abajo en una loma de Medellín-Colombia, y para los que no las conocen, muchas de estas tienen una inclinación de 45 grados.

Te puede interesar:  Radical: Una odisea educacional

Share

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí