Por David Uriarte
Alternativo.mx / La función pública de Antonio Castañeda vio su origen en la Secretaría de Salud cuando el Dr. Humberto Gómez Campaña era el titular del área. Desde entonces, fortaleció sus habilidades sociales y cultivó sus potencialidades como servidor público.
Desde su modesto puesto administrativo inspiró a sus jefes con algo más que el trabajo y su vocación de servicio: su lealtad. Sin duda una cosa lleva a otra, y en el caso de Tony Castañeda su relación con Gómez Campaña lo llevó a relacionarse con Jesús Vizcarra y en su momento a formar parte del entonces bloque político conocido como Grupo Culiacán, no sin antes haber formado parte de comisiones y tareas donde la confianza de sus jefes era el mejor criterio para su designación.
Poco a poco modeló su propio estilo y aprendió las mejores “mañas” de sus jefes, desde lo operativo, contable, financiero y por supuesto lo político.
Sus habilidades sociales se distinguen por la facilidad de su inclusión en grupos de amigos disímbolos donde el respeto a las diferencias a veces no resulta fácil. Sin embargo, en sus casi treinta años de servicio público, Tony Castañeda acumula una relación de amigos y un reconocimiento a su lealtad que muchos conocen.
Para quienes no lo conocen, la palabra suerte es lo primero que se les viene a la mente al revisar su hoja curricular. Para los que lo conocen, las palabras reconocimiento, confianza, lealtad y padrinazgo, pasan por su mente.
No hay que confundir su estilo silencioso de operar, con miedo, desconfianza, inseguridad o ignorancia. El estilo de gobierno de Castañeda es la suma de su experiencia y de ninguna manera es competencia con nadie, puesto que los insumos con los que está operando no le han permitido cocinar el mejor de los platillos para la sociedad de Culiacán, y es posible que su sazón no deje el mejor sabor de boca. Se hace lo que se puede con lo que se tiene, y cuando se tienen deudas y pocos ingresos cualquier estilo de gobierno le queda a deber a la sociedad.
La hoja de servicio de Tony Castañeda marca una transición circunstancial, como tantas cosas en su vida han sido circunstanciales.
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