Miles de hombres en edad de luchar han acudido en masa a los aeropuertos y los cruces fronterizos terrestres de Rusia, tratando de evitar ser llamados a filas.
La hostilidad hacia la movilización de tropas de Rusia continúa cuando estalló la violencia en una región empobrecida de minorías étnicas y un hombre armado abrió fuego contra una oficina de reclutamiento, hiriendo gravemente al comandante.
Un joven ingresó a un centro de alistamiento militar en la ciudad siberiana de Ust-Ilimsk y le disparó a quemarropa al comandante el lunes por la mañana.
Los informes de los medios rusos dijeron que el atacante entró en las instalaciones diciendo: “Nadie irá a pelear” y “Todos nos iremos a casa ahora”. Las autoridades locales dijeron que el comandante estaba en cuidados intensivos en estado “extremadamente grave”.
Según los informes, el hombre, identificado en los medios como Ruslan Zinin, residente de 25 años, estaba molesto porque se envió un aviso de convocatoria a su mejor amigo que no tenía ninguna experiencia de combate, que según las autoridades es el principal criterio para el reclutamiento.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, reconoció el lunes que algunas convocatorias se habían emitido por error y que los errores se corregirían. Dijo que no se había tomado ninguna decisión sobre el cierre de las fronteras de Rusia en medio de un éxodo de hombres en edad militar.
El Kremlin anunció “una movilización parcial” para sumar al menos 300.000 soldados a su fuerza en Ucrania. Según el ejército británico, el primer lote de reservistas llegó a las bases militares. La convocatoria, que marcó un cambio radical con respecto a los esfuerzos previos de Putin por presentar la guerra como una “operación militar especial” limitada, que no interferiría con la vida de la mayoría de los rusos, ha resultado extremadamente impopular en el país.
Miles de hombres en edad de luchar acudieron en masa a los aeropuertos y los cruces fronterizos terrestres de Rusia para evitar ser llamados a filas. Los medios rusos informaron de un número cada vez mayor de ataques incendiarios contra las oficinas de alistamiento militar.
Daguestán ya ha pagado un alto precio humano durante la guerra de siete meses. Según un recuento del servicio ruso de la BBC, al menos 301 soldados de Daguestán han muerto, la mayor cantidad de cualquier región rusa y más de 10 veces el número de muertes de Moscú, que tiene una población cinco veces mayor.
