La ciudad de León fue testigo de la gran final de un torneo mexicano guardianes 2020 muy atípico, no solamente por la ausencia de aficionados en las gradas, también por que la final en sí, se convirtió en una final inédita entre la fiera y los Pumas, también por que la final se jugó entre los dos equipos que más lo merecieron a lo largo de la temporada regular, el primero contra el segundo de la tabla general.
León comenzó dominante, sin embargo, a raíz de la lesión de Ángel Mena y el Gol del puma Gigliotti se vino a menos y nos regaló un partido mesurado, con control de la pelota y las acciones eso sí, pero no con la dinámica y explosividad que hubiéramos querido del mejor equipo de la liga en el escenario que representa la gran final.
Tuvimos un digno campeón, e incluso un digno subcampeón, del cual al menos en los ojos de un servidor, no aspiraba a mucho, que comenzó con cambio en la dirección técnica a 3 días de arrancar el torneo, y sin contrataciones que dieran señales de ver un Pumas protagonista, lo que le da un mérito enorme al argentino Andrés Lilllini.
Y, así pues, esperamos con ansías el arranque del próxima guardianes 2021, los equipos comienzan a armarse, pero será tema de otra columna; ahora solo nos quedará el recuerdo de un torneo donde lo único que no fue atípico, fue ver la “cruzazuleada” que nos regaló la máquina en la semifinal.
