En el corazón de la alcaldía Cuauhtémoc, en la calle Dr. Jiménez número 262, existe un espacio que responde a una de las preguntas más antiguas de la humanidad: ¿qué nos pasa después de morir? La Embalsamadora Doctores no solo es un lugar de trabajo, sino un espacio donde tradición, técnica y respeto convergen para ofrecer un último adiós digno.
Un oficio que habla a la muerte, al oído
Mario Drummer Durán Márquez, con más de 40 años de experiencia, recibe la carroza que trae el siguiente cuerpo al área de trabajo. La sala mide apenas veinte por diez metros y está iluminada con luz fluorescente. En su interior descansan planchas, estantes con químicos, bisturíes, tijeras, maquillaje y diversos hilos. Cada objeto tiene una función específica dentro del ritual del embalsamamiento. La historia de Mario está profundamente ligada a la de su madre, María del Carmen Márquez Soto. Ella inició en el oficio desde los velatorios del IMSS en 1967. Su primer contacto con la muerte fue a los cuatro años, cuando acompañaba a su madre y creía que los cuerpos estaban dormidos. Esa experiencia formó la base de su trabajo lleno de respeto y disciplina.
Cómo se realiza un embalsamamiento en la Embalsamadora Doctores
El proceso de embalsamamiento combina técnica, ciencia y cuidado estético. Mario explica que los cuerpos se inspeccionan y se hacen incisiones en arterias como la carótida o femoral. Luego se inyectan químicos conservantes como el formol.
Después, se drenan líquidos, materia fecal y sangre. Se realizan las suturas correspondientes. Finalmente, los cuerpos se bañan, secan, maquillan y visten según las indicaciones de la familia. Desde peinados específicos hasta maquillaje personalizado —como un caso de un hombre que debía lucir como payaso— todo se realiza con respeto a la memoria del fallecido. La atención al detalle y la sensibilidad son clave en un embalsamadora doctores outfit, donde cada cuerpo es tratado como un ser único.
Una tradición familiar y un legado de respeto
El oficio en la Embalsamadora Doctores es historia familiar. La madre de Mario le enseñó técnicas básicas y, con el tiempo, él y su tío consolidaron la embalsamadora como un referente en la CDMX. Su filosofía es simple: brindar un servicio profesional, humano y seguro, sin dejar de lado la sensibilidad hacia las familias que atraviesan momentos difíciles. Mario recuerda cómo lidiar con cuerpos cercenados o víctimas de muertes violentas fue un reto emocional. Con los años, desarrolló la capacidad de hablarles a los cuerpos, ofreciendo palabras de calma y respeto.
Desafíos y profesionalización del oficio
En México, la práctica del embalsamamiento enfrenta varios desafíos. Algunos grupos realizan servicios incompletos, cobrando bajos precios sin respetar el procedimiento completo. Esto daña la percepción del gremio y obstaculiza su profesionalización. Por eso, la Embalsamadora Doctores ofrece un servicio completo y certificado, cumpliendo con todos los estándares y regulaciones. Mario afirma:
“A mí me gustaría ofrecer mis servicios mínimo a mil pesos, garantizando profesionalismo, respeto y dignidad en cada cuerpo”.
El legado de una vida dedicada a la muerte por la embalsamadora doctores
A lo largo de su carrera, Mario ha vivido momentos históricos, como la pandemia de COVID-19, donde su sala llegó a albergar hasta 25 cadáveres de personas fallecidas por coronavirus. A pesar de las dificultades, su compromiso con el oficio permanece intacto. La Embalsamadora Doctores representa más que un lugar de trabajo: es un espacio donde tradición, amor por la técnica y respeto por la memoria de los difuntos se entrelazan. Incluso frente a la muerte, la dignidad y el cuidado humano son esenciales.
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