Cada año, mayo se llena de promociones, flores y festejos en honor al Día de la Madre. En cambio, junio suele pasar desapercibido, incluso con la cercanía del Día del Padre. Esta diferencia no significa que los padres sean menos importantes. Más bien, refleja factores culturales, sociales y comerciales que le restan visibilidad.
Rol tradicional de la madre en la cultura mexicana
En México, la sociedad asocia a la madre con el amor, la crianza y el sacrificio. Desde niñas, muchas personas escuchan frases como “madre solo hay una”. Por ello, el Día de la Madre despierta fuertes emociones y se celebra con gran entusiasmo. Además, la imagen de la madre como pilar del hogar goza de mucha difusión en medios de comunicación y redes sociales. Sin embargo, el padre ha desempeñado históricamente el papel de proveedor económico. Por lo tanto, muchas veces su faceta afectiva queda en segundo plano. En consecuencia, la sociedad no le asigna el mismo peso emocional que a la madre. De hecho, en muchos hogares, la madre y el padre cumplen roles distintos, pero complementarios. Aun así, esta realidad social reforzó la idea de que el Día del Padre merece menos reconocimiento y festejos.
Inversión comercial y celebraciones escolares
Las marcas invierten cantidades significativas de dinero en campañas para el Día de la Madre. Organizan promociones, concursos y eventos especiales. Además, las escuelas preparan festivales, bailes y entregan manualidades que los niños diseñan con mucho cariño. Estos actos muestran públicamente la gratitud de los hijos hacia sus madres. En contraste, el Día del Padre recibe una inversión comercial mucho más discreta. Por consiguiente, las promociones en tiendas y la publicidad en medios suelen ser escasas o poco vistosas. Del mismo modo, las escuelas limitan sus homenajes: a veces, solo piden que los alumnos lleven una foto de papá. A veces ni siquiera lo hacen. En efecto, sin estos actos obligatorios y amplios, la fecha no logra penetrar en la conciencia colectiva con la misma fuerza que el Día de la Madre.
Cómo celebrar el Día del Padre con entusiasmo
Aunque la inversión comercial y las actividades escolares sean menores, el Día del Padre merece ser celebrado. Primero, porque muchos padres cumplen roles afectivos tan importantes como la madre. Además, reconocer su aporte fomenta la responsabilidad compartida en las tareas del hogar y la crianza. Por eso, se sugiere planear detalles sencillos pero significativos.
Por ejemplo, los hijos pueden preparar un desayuno especial o escribir una carta breve que exprese su gratitud. También pueden organizar una salida al parque o armar un álbum de fotos familiares. Incluso, una tarde de juegos de mesa reforzará los lazos afectivos. En cualquier caso, la clave radica en priorizar el tiempo compartido. Asimismo, si el presupuesto lo permite, se pueden regalar artesanías hechas a mano, herramientas para sus pasatiempos o un libro que le interese. Finalmente, las plataformas digitales tienen gran impacto. Por consiguiente, las empresas y los influencers pueden impulsar campañas que resalten el valor de la figura paterna. Al usar etiquetas como #DíaDelPadreMéxico y #GraciasPapá, se logra generar conversaciones y compartir ideas creativas para la celebración. Así, la fecha retomará relevancia en redes sociales y medios de comunicación.
Conclusión sobre Día del Padre
El Día del Padre en México pasa desapercibido debido a factores culturales, inversión comercial reducida y la falta de celebraciones escolares visibles. No obstante, cada padre merece un reconocimiento genuino, al igual que la madre. Por lo tanto, basta con pequeños gestos de gratitud y tiempo de calidad para rescatar la importancia de esta fecha. Con creatividad y más visibilidad en redes sociales, podemos lograr que el Día del Padre obtenga el protagonismo que merece.
Más información aquí