México y el mes de septiembre resulta bastante significativo, pues hace ya 38 años sucedió una de las más grandes tragedias naturales que han podido azotar al nuestro país, un terremoto de 8.1 grados en la escala de Ritcher con epicentro en Michoacán fue el origen de la desgracia, al día de hoy se cuenta con una gran cultura sísmica respecto a la realización de simulacros y a un plan de acción, lastimosamente en los años ochenta todo era diferente, en el 2017 a pesar de conmemorar 32 años de la tragedia y de realizar un simulacro (que muchos ignoraron), nadie creería que la tragedia se repetiría en la misma fecha y que incluso pararía al fútbol.
Eran las 11 de la mañana cuando en los alrededores de la CDMX las alertas sísmicas se hicieron sonar para la realización del rutinario simulacro para conmemorar a quienes hace mas de 3 décadas perdieron la vida, tristemente muchas personas en distintos puntos de la capital a pesar del escandaloso sonido, siguieron de manera rutinaria sus actividades. Tan sabia es la vida que justamente dos horas con 15 minutos después a la 1:15 pm de aquel día martes, todo cambiaría.
Diferentes equipos, una unión
Un movimiento telúrico de 7.1 grados en la escala de Ritcher con epicentro en la frontera de Puebla con Morelos fue capaz de volver a sacudir a la capital como en aquella fecha maldita, inmediatamente la respuesta mexicana no se pudo hacer esperar, entre tantas caras que inundaron las calles, futbolistas del América, Pumas y Cruz Azul rápidamente salieron a las calles dejando de lado las diferencias.
Esa fue la imagen que quedó grabada en la mente capitalina, que a pesar de existir distintas clases sociales todos fuimos uno mismo en aquella ocasión. Una tragedia fue tan grande que provocó el parón total de actividades en el fútbol, eso es algo que muy pocos desastres naturales han llegado a hacer en la historia de nuestro país.
