El día de hoy la CNN publicó una entrevista con el Doctor Omar Flores, quien se dedica a la investigación de inteligencia artificial. Omar realizó un doctorado en Ciencias de la Computación, en la Universidad Estatal de Utah; y actualmente se desempeña como investigador para el banco Capital One.
Es un latinoamericano como pocos, ya que investiga puramente el aspecto ético del aprendizaje automático. Lo que él define como; “capacidad de predecir el futuro, con datos del pasado, utilizando computadoras”.
Según la opinión del Doctor Omar, en un futuro muy cercano, nuestros rostros serán nuestras contraseñas. Las vías públicas estarán llenas de cámaras capaces de reconocernos, al tiempo que recaban nuestra información. Además, los restaurantes, tiendas, cines, etc., podrán acceder a nuestra información por medio del reconocimiento facial. De esto dependerá el trato que vayamos a recibir, en cada lugar que visitemos.
Omar Flores, trabaja en un algoritmo, para evitar que aspectos como género, color de piel e incluso nacionalidad., sean factores que la tecnología pueda convertir en discriminatorios. Al ser programada por humanos, la inteligencia artificial es imperfecta, por lo que puede aprender a ser prejuiciosa por su propia cuenta.
Vivimos en un mundo donde existen reuniones, a escala mundial, para luchar contra la discriminación y el racismo. Sin embargo, aunque no lo queramos aceptar, seguimos siendo un mundo prejuicioso, clasista, racista y discriminatorio.
No nos vayamos tan lejos, lean las opiniones de miles de mexicanos, en contra de nuestros hermanos migrantes de Centroamérica. Todo lo que ha sido invención del ser humano, lleva permeada su esencia. Ahora imaginen que llegamos al punto de que la tecnología controla al hombre, si la tecnología aprende a ser igual que nosotros, el mundo en vez de avanzar, quedará estancado en una burbuja de daño provocada por el mismo ser humano.
