La madrugada de este viernes, un grupo de sicarios irrumpió en el hospital comunitario de Teocaltiche, Jalisco, y asesinó a balazos a Cecilia Ruvalcaba, jefa de enfermería y regidora municipal. El ataque ocurrió en la sala de enfermeras, donde los agresores armados localizaron a su víctima y ejecutaron el crimen a sangre fría, ante el terror del personal médico y los pacientes presentes. La violencia en hospitales refleja el creciente nivel de impunidad y descomposición institucional en el país. Cecilia Ruvalcaba no solo era una trabajadora de la salud ejemplar, también había sido candidata a la presidencia municipal por el partido Movimiento Ciudadano en el actual proceso electoral de 2024. El gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, lamentó profundamente el asesinato y prometió justicia: “Daremos con los responsables de este cobarde ataque. Mi compromiso es pacificar Teocaltiche”.
¿Quién era Cecilia Ruvalcaba?
Además de su labor en el sector salud, Ruvalcaba participaba activamente en la política local. Como regidora y candidata a presidenta municipal, era una figura visible y valiente en un municipio dominado por el crimen organizado. Su asesinato representa no solo un ataque contra el personal médico, sino también un golpe directo a la representación democrática en una región fuertemente afectada por la violencia. Desde Movimiento Ciudadano, figuras como Jorge Álvarez Máynez expresaron su indignación y exigieron justicia. El exaspirante presidencial subrayó que este tipo de crímenes no pueden normalizarse: “El control territorial del crimen organizado somete a miles de personas inocentes en todo el país”, expresó.

Teocaltiche, un municipio sitiado por el crimen
Con cerca de 40,000 habitantes, Teocaltiche se ubica cerca de los límites entre Jalisco, Aguascalientes y Guanajuato. Lejos de ser un lugar tranquilo, el municipio ha sido testigo de un incremento desmedido de la violencia en los últimos meses. El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha impuesto un régimen de terror, ejecutando a autoridades locales, policías y ahora, a personal médico. En abril, asesinaron al comisario Ramón Grande Moncada. Días después, ocho policías desaparecieron y cuatro fueron hallados desmembrados. La violencia ha escalado a tal nivel que la Secretaría de Seguridad del Estado asumió el control de la policía municipal, aunque sin lograr recuperar la seguridad en la zona.
Conclusión
El asesinato de Cecilia Ruvalcaba es una muestra brutal de cómo el crimen organizado ha infiltrado todos los niveles de la vida pública en México. Ni hospitales ni autoridades están a salvo. Mientras el gobierno estatal promete acciones, los ciudadanos continúan desprotegidos. La muerte de esta enfermera y regidora no puede quedar impune. Su historia debe ser un llamado urgente a recuperar los espacios dominados por el terror y restaurar el Estado de derecho en municipios como Teocaltiche.
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