Se buscan dueños valientes

Desde hace unos días se han escuchado varios rumores sobre la compra-venta y demolición de la Plaza de Toros Santa María de Querétaro. A espera de que se haga oficial, existen varios puntos de vista sobre lo que esto significaría.

Primero, el inmueble tiene dueños particulares que en cualquier momento pueden hacer lo que quieran con su propiedad. Si bien es cierto que los dueños de esta plaza son de estirpe taurina, al final estamos en una época difícil para la fiesta de los toros en donde cada vez es más complejo hacer negocio alrededor de un festejo taurino.

Y aunque la plaza podría rentarse para otro tipo de eventos y/ó espectáculos, parece que, económicamente hablando y viendo al futuro, la mejor opción sería venderla.

Es totalmente respetable lo que cada quien decida hacer con lo que le pertenece, ya sea porque lo creó, lo trabajó, ó, como lo es en este caso, lo heredó. Pero siempre hay otra cara cuando se trata de un bien en el que suceden acontecimientos del interés de un grupo grande de personas. Esa otra cara de la moneda somos nosotros, los taurinos, los que hemos esperado más de un año para volver a ver toros en la Santa María,  que hemos visto allí tardes importantes, pero sobre todo, que hemos escuchado de nuestros padres aquellas memorables corridas que llegaron a ser las más importantes en el territorio mexicano, incluso por encima de la capital. Paco camino, Manolo Martínez, Javier Garfas, “Navideño”, las corridas de navidad y año nuevo, el paso de las últimas figuras importantes de la tauromaquia, Ponce, El Juli, José Tomás, entre muchos otros personajes importantes de la historia de la tauromaquia mexicana y mundial que han pasado por aquí.

Eso es lo que reclamamos los que estamos de este lado, los que nos sentamos en sus tendidos a esperar tardes de historia, ó de fracaso, inclusive tardes que pasan desapercibidas, pero tardes de toros al fin, que fue para lo que se creó este importante recinto. Volvemos a decir que se respeta lo que haga cada quien con sus pertenencias, pero si se tiene un bien histórico y cultural que afecta a mucha gente o un gremio importante, como lo es el de la tauromaquia, se deberá hacer hasta el ultimo intento por rescatarla. Ya desde hace varios años y empresas que rentaban esta plaza se venían haciendo las cosas muy mal, lo que alejó al publico de las plazas de la mayoría del país, sin ser excepción la Santa María.

Señores propietarios: regresen al principio, renuévense. Empresarios: ¡hagan las cosas bien! La única salida para rescatar esto es volver a las raíces y que cada quien desde el lugar que le corresponde haga lo que le toca hacer. Sin mafias, sin amiguismos, sin el triunfalismo barato que se nos ha querido vender los últimos años. Con hambre, con competencia, con precios razonables.

La pandemia quiere dar la puntilla final a la tauromaquia y de nosotros dependerá rescatarla. ¿Pesará más el dinero que la historia y la cultura? ¿Será tan fácil rendirse en algo que se supone que nos gusta y nos importa tanto? Querétaro es un  estado taurino importante históricamente en el país. Con plazas, ganaderías y personajes destacados del gremio. Es ahora donde veremos que tanto nos importa, por que salvar la plaza de toros Santa María, es salvar la tauromaquia queretana.