El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que exige a todos los camioneros que ingresen o trabajen en el país tener dominio del idioma inglés como requisito indispensable para obtener o conservar una licencia de conducir comercial (CDL, por sus siglas en inglés).
El inglés, ahora un requisito obligatorio y evaluado rigurosamente
Aunque la legislación federal siempre ha contemplado que los operadores de camiones deben ser capaces de hablar, leer y entender inglés para operar en EE.UU., la norma se había aplicado de manera desigual por parte de los estados. Según la administración Trump, esta laxitud ha provocado deficiencias en la seguridad vial.

Con la nueva orden, el Departamento de Transporte (DOT) deberá implementar una evaluación lingüística más estricta dentro del proceso de licenciamiento y también revisar los permisos comerciales existentes. Esto incluye verificar que los conductores extranjeros o migrantes cumplan con el nivel exigido de inglés para comunicarse con la policía, leer señales de tránsito, comprender manuales técnicos y llenar documentos oficiales.
Argumentos del gobierno: seguridad y estandarización
La justificación principal del gobierno es que una mala comunicación en carretera puede provocar accidentes o dificultar la respuesta en emergencias. La administración Trump afirma que estandarizar el idioma es clave para fortalecer la infraestructura logística del país, especialmente en un entorno de alta demanda para el transporte de mercancías.
Además, esta medida forma parte de una visión más amplia que busca declarar el inglés como idioma oficial de EE.UU., algo que el Congreso federal aún no ha aprobado por ley, aunque varios estados ya lo aplican a nivel local. De hecho, en marzo pasado, la Casa Blanca firmó un decreto que reconoce al inglés como idioma de facto del país.
Reacciones: críticas desde el gremio de transportistas
Pese a las afirmaciones oficiales, la Asociación Nacional de Camioneros (NTA) criticó duramente la medida. En un comunicado, aseguró que no existen datos concretos que demuestren que los conductores no angloparlantes hayan causado más accidentes o afectado la seguridad vial. Según ellos, los informes usados para respaldar esta nueva política han sido “manipulados políticamente”.
Además, la asociación sostiene que esta exigencia puede discriminar a trabajadores migrantes que ya forman parte fundamental del sector logístico. Para muchos transportistas latinos y de otras nacionalidades, el nuevo requisito podría representar una barrera económica y administrativa difícil de superar, al requerir cursos intensivos de inglés y evaluaciones adicionales.
¿Qué pasará con los conductores actuales?
A corto plazo, los conductores que ya poseen una licencia comercial tendrán que someterse a revisiones y potenciales revalidaciones. Aquellos que no cumplan con el nuevo estándar de inglés podrían ver suspendida o revocada su licencia.

Mientras tanto, quienes aspiren a ingresar al sector deberán demostrar dominio del idioma desde el inicio del proceso. El gobierno no ha confirmado aún si se implementarán programas de transición o apoyo para conductores en proceso de formación, pero se espera que el tema sea debatido en las próximas semanas.
La decisión de Trump marca un punto de inflexión en la política migratoria y laboral ligada al transporte. Y plantea una pregunta clave para el futuro inmediato: ¿será el dominio del idioma una medida de seguridad necesaria o un filtro excluyente disfrazado de regulación?
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