El Agua y Nuestro Desarrollo

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El agua, esa sustancia mágica que da origen a la vida, la podemos analizar desde diferentes perspectivas y con diferentes enfoques, pero invariablemente reconocemos que:

  • Es indispensable para la salud, higiene y bienestar de los 126 millones de personas que vivimos en México, situación que cobra una dimensión importante cuando consideramos que somos el décimo país en el mundo por su número de habitantes o que una de cada cinco personas de la Región de Latinoamérica y El Caribe vivimos en México.

Su carencia da origen a diversas enfermedades e incluso puede provocar pérdidas irreparables. Un dato muy lamentable muestra la gravedad de la situación a nivel mundial: cada dos minutos muere un niño menor de cinco años debido a enfermedades diarreicas causadas por las malas condiciones sanitarias o por consumir agua no potable (OMS/UNICEF 2019).

  • Es fundamental en el desarrollo económico, ya que es un insumo básico para las diferentes industrias, comercios y sectores, como el agrícola, ganadero, turístico o incluso para la generación de energía eléctrica.

De hecho, la mayor parte del agua disponible en los ríos, lagos y presas se utiliza en el sector agrícola para la producción de alimentos, y en otros sectores, que también son estratégicos, su disponibilidad es fundamental. Así por ejemplo, en las centrales hidroeléctricas (aquellas que utilizan la caída del agua que se origina en las presas de almacenamiento) se puede producir el 28.5% de la electricidad que genera el país (Comisión Nacional del Agua, 2017).

  • Su adecuado manejo permite conservar el medio ambiente y el entorno natural, lo cual es motivo de orgullo pero también una gran responsabilidad dada la extraordinaria flora y fauna del territorio.

De hecho, somos es el país con la mayor cantidad de especies de pinos del mundo, el segundo lugar en mamíferos y en reptiles, el cuarto en anfibios y el quinto en número de especies plantas.

Cuando analizamos los puntos anteriores seguramente vienen a nuestra mente diversas reflexiones y una de ellas es sobre los objetivos que queremos lograr en relación con el agua de nuestros manantiales, de nuestros ríos, lagos, presas y de nuestras fuentes subterráneas de abastecimiento, que conocemos como acuíferos; es decir: ¿cómo queremos aprovechar el agua con que cuenta nuestro país? ¿cómo queremos preservarla? ¿qué es lo que realmente queremos lograr? ¿cómo garantizaremos la viabilidad del país y su futuro desarrollo?

Si bien existen múltiples enfoques y respuestas, los cuales hemos analizado en el Comité del Agua del Colegio de Ingenieros Civiles de México, considero que como sociedad nuestros objetivos más relevantes son:

  • Conservar libre de cualquier tipo de contaminación el agua de los ríos, lagos y manantiales.
  • Conservar las fuentes subterráneas de abastecimiento de agua del territorio, es decir, sus acuíferos.
  • Proporcionar de manera continua y con la calidad requerida los servicios de agua potable y de drenaje a todos los habitantes y los diferentes sectores.
  • Captar, almacenar y conducir de manera segura las aguas pluviales.
  • Conservar, renovar y operar de manera eficiente la amplia y variada infraestructura hidráulica.
  • Colocar el agua en la más alta prioridad en las agendas política, económica y social, de tal manera que se le dé la importancia que tiene y merece.
  • Lograr que las instituciones, sectores y la población en su conjunto trabajen de manera coordinada.
  • Consolidar una adecuada cultura del agua entre todos los habitantes y los diferentes sectores.

A continuación presento en mayor detalle cada uno de estos objetivos.

  • Conservar libre de cualquier tipo de contaminación el agua de los ríos, lagos y manantiales, de tal manera que sean fuentes confiables de abastecimiento y sitios de recreación y esparcimiento, que contribuyan a brindar una mejor calidad de vida, lo cual es un reto importante si consideramos que 132 cuencas del territorio presentan severos problemas de contaminación debido al vertido de descargas municipales e industriales sin tratamiento, así como a la basura que se arroja en ellos. En muchos casos los ríos, que eran motivo de orgullo y tradición, se han convertido en drenajes a cielo abierto. La noticia importante es que los podemos recuperar si tratamos de manera adecuada el agua que se deposita en ellos y si se evita tirar basura, para lo cual se requiere implementar sistemas adecuados de recolección y disposición de residuos sólidos, labor que inicia en nuestro propio hogar o negocio.
  • Conservar las fuentes subterráneas de abastecimiento de agua del territorio, es decir, sus acuíferos, los cuales se han formado a lo largo de muchos siglos. En este caso, en 105 de ellos tenemos una situación delicada, ya que cada día vamos perdiendo el volumen que tienen almacenado debido a que la extracción de agua que realizamos de ellos es mayor a su recarga natural (“acuíferos sobreexplotados”). Recordemos que los acuíferos son la fuente de abastecimiento de agua más importante para la mayoría de las ciudades del país y en muchos lugares del mundo representan un patrimonio natural que es intocable.
  • Proporcionar de manera continua y con la calidad requerida los servicios de agua potable y de drenaje a todos los habitantes y los diferentes sectores. Si bien se han logrado avances en este punto, es necesario redoblar esfuerzos, ya que uno de cada tres habitantes que viven en las ciudades no reciben de manera continua el servicio de agua potable o no cuentan con un servicio adecuado de drenaje, situación que es más delicada en el ámbito rural, donde dos de cada tres habitantes padecen de esta situación. Un punto fundamental es contar con tarifas y sistemas de medición, facturación y cobro adecuados. Se recomienda que el cobro por el servicio no sea mayor al 3% del ingreso familiar mensual; debemos recordar que siempre se pueden establecer subsidios cruzados para apoyar a las personas en situación económica desfavorable.
  • Captar, almacenar y conducir de manera segura las aguas pluviales, de tal manera que se minimicen las inundaciones y daños a las poblaciones ante la ocurrencia de lluvias intensas, al mismo tiempo que el agua almacenada se pueda aprovechar en diferentes usos. Este es uno de los temas de mayor preocupación actuales y a futuro, ya que como consecuencia del cambio climático las lluvias serán más intensas, lo que incrementará los volúmenes que deberán ser captados y conducidos de manera segura para evitar situaciones que pueden ser verdaderamente catastróficas. El incremento en los volúmenes a desalojar es consecuencia también de la notable deforestación y del cambio de uso de suelo en las ciudades, ya que el agua que anteriormente se retenía e infiltraba de manera natural ahora llega a los cauces y sistemas de drenaje, los cuales en muchas ocasiones quedan rebasados.
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Esta situación obliga a una adecuada planeación del desarrollo urbano, en la que exista una estrecha relación con los servicios de agua potable y drenaje de la ciudad, buscando siempre preservar las fuentes de abastecimiento y el entorno natural.

  • Conservar, renovar y operar de manera eficiente la amplia y variada infraestructura hidráulica, la cual incluye presas de almacenamiento donde se capta el agua de lluvia que se usa posteriormente para el abastecimiento de algunas ciudades, para el riego, para la generación de energía eléctrica y para el control de inundaciones; canales para conducir el agua a las amplias zonas agrícolas del territorio; acueductos para transportar el agua a las ciudades; plantas de bombeo para llevarla a las partes altas o a los sitios más alejados; plantas potabilizadoras para garantizar la calidad del agua suministrada; redes de agua potable para distribuirla a los hogares y diferentes sitios de consumo; redes de drenaje para captar y conducir las aguas residuales que se generan; y plantas de tratamiento de las aguas residuales donde se mejora su calidad para poder depositarla en los cauces o para ser utilizada en usos que no requieren agua con calidad potable, como por ejemplo, en procesos industriales de enfriamiento y limpieza, en el riego de áreas verdes y campos de golf, el llenado de lagos recreativos, y en diversas actividades de la industria de la construcción.
  • Colocar el agua en la más alta prioridad en las agendas política, económica y social, de tal manera que se le dé la importancia que tiene y merece y que ello se refleje en los presupuestos que se destinan y aplican para el desarrollo del Sector Hídrico. Se considera que se podrían lograr avances verdaderamente importantes si se destinará tan sólo el 3% del presupuesto federal, estatal y municipal para preservar las cuencas y acuíferos y para impulsar el suministro de los servicios de agua potable, drenaje y tratamiento de aguas residuales, así como para fortalecer la captación, control y aprovechamiento de las aguas pluviales.
  • Lograr que las instituciones, sectores y la población en su conjunto trabajen de manera coordinada al internalizar los objetivos asociados al manejo y preservación del agua, los retos a superar, las estrategias y acciones a emprender y al trabajar de manera coordinada en su implementación, de tal manera que se desarrollen sinergias, se maximicen los beneficios obtenidos y se evalúen y presenten sistemáticamente y de manera pública los resultados obtenidos.
  • Consolidar una adecuada cultura del agua entre todos los habitantes y los diferentes sectores, que considere como puntos centrales el uso eficiente del agua y el pago por los servicios de agua y drenaje.

El uso eficiente del agua implica utilizar solamente el agua necesaria, con lo que se reducirán los consumos, lo cual tiene múltiples beneficios: se requerirá extraer menor cantidad de agua de los ríos, lagos, manantiales y acuíferos, contribuyendo así a su preservación; se reducirán los volúmenes de aguas residuales que es necesario captar y conducir en el sistema de drenaje, y se disminuirá también el costo de tratamiento de las aguas residuales, ya que los volúmenes a tratar serán menores. Debido a la reducción de sus consumos, los habitantes y los diferentes sectores pagarán menos por el servicio de agua potable.

El pago de los servicios de agua potable y drenaje es también un aspecto fundamental en la adecuada cultura del agua, ya que permitirá contar con los recursos económicos que se requieren para operar y mantener la infraestructura hidráulica de la ciudad, la cual se caracteriza por su complejidad, intenso ritmo de trabajo y en algunas zonas, por su antigüedad y necesidad de renovación.

Para lograr los objetivos previamente mencionados se requiere aprovechar al máximo la ingeniería civil mexicana y de un trabajo muy bien estructurado y coordinado, con claridad de miras y una definición precisa de las acciones a realizar y las metas a obtener para diferentes periodos, acompañadas de los recursos económicos requeridos y de procesos claros de información sobre los avances que logremos y los resultados que vayamos consiguiendo.

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