El día de hoy, Nicolás Maduro, tomó posesión de un segundo mandato en Venezuela. La ceremonia se llevó a cabo en el Tribunal Superior de Justicia, con la casi nula presencia de mandatarios extranjeros. Lo que refleja la escasa aprobación internacional con la que contará para este próximo periodo.
Maduro comenzó su discurso argumentando “la legitimidad” de su nuevo mandato. Pues según él, se trata de un evento solemne que respeta la constitución de su país. Aseguró que su país se encuentra es la vía democrática, pero de otro tipo, pues se trata de “una democracia del pueblo, y no de élites”.
Además, lamentó la intolerancia ideológica que expresaron los países de derecha, pues “quieren imponer su doctrina a toda costa”. Un movimiento, que asegura, es impuesto por gobiernos influenciados por EUA.
Propuso que los países estables de Latinoamérica, lancen una iniciativa de reunificación regional, a la que sin duda se sumaría. Sin olvidar que el Grupo Lima, advirtió que a partir de hoy iniciarían una ofensiva diplomática contra Maduro. Esto con la finalidad de obligarlo a realizar “elecciones creíbles”.
El nuevo mandato de Maduro, nos obliga a reflexionar sobre el verdadero significado de la democracia. La impresionante oleada de migrantes venezolanos, nos da a entender que ni el mismo pueblo está conforme con su gobierno. Pero ¿Hasta qué punto, los demás países pueden intervenir sin quebrantar la soberanía nacional de Venezuela?
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