José Alfredo Sánchez, circulaba por los carriles centrales de Periférico, salía de Ciudad de México rumbo a Jalisco, una “patrulla” de Naucalpan se les emparejó y les pidió que se detuvieran, les dijeron que no traían el engomado y tal multa era detención y corralón, para no estropear el viaje les pidieron 4 mil pesos o llevarlos a un cajero automático.

Temerosos ante la situación, juntaron mil 500 pesos entre sus amigos para retirarse.
En Estado de México las únicas facultadas para levantar una multa son las mujeres de tránsito con uniforme negro y franja de color naranja, además que la infracción se paga directamente en una terminal que ellas levan. En Naucalpan están suspendidas las infracciones.
Naucalpan ni siquiera tiene corralón, sin embargo, las extorsiones siguen en aumento, las autoridades no saben sobre algunos casos porque la mayoría no son denunciados.
Cuando te encuentras en una ciudad tan grande, existen tantas maneras de vivir, trabajos estables, oportunidades de crecimiento, pero muchos deciden el camino fácil, los robos, extorsiones y a su vez con autoridades coludidas, obligan a policías a dar miles de pesos diarios para seguir “patrullando” ellos son nuestra autoridad.
Una historia de El Universal.
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