La motricidad fina se trata de la habilidad de controlar los movimientos pequeños y precisos de las manos y los dedos. Pensemos en esas acciones que requieren precisión y destreza, como abrochar un botón, dibujar una línea recta o recortar con tijeras. Estos movimientos implican el uso cuidadoso de los músculos de las manos y los dedos para llevar a cabo tareas detalladas.
Ahora sí, la gran pregunta: ¿Acaso crees que estas habilidades nos vienen dadas de manera innata cuando nacemos? La respuesta es un rotundo no. Las vamos desarrollando en nuestros primeros años de vida. Los padres trabajan en la estimulación, durante edades tempranas, el progreso físico y cognitivo. Y para eso hay varias estrategias, metodologías y técnicas. Una de ellas son los juguetes.
¿Cómo se desarrolla la motricidad fina en edades tempranas?
La motricidad fina es un aspecto esencial en el desarrollo de los bebés. De hecho, el desempeño de este componente es un indicador muy importante para evaluar su crecimiento.
Ya desde los primeros meses comienzan a explorar su entorno a través del tacto y la manipulación de objetos con sus manos y sus dedos. Por eso, los juguetes para el crecimiento de bebés resultan tan importantes.
Este proceso inicial de descubrimiento no solo les ayuda a comprender el mundo que los rodea, sino que también sienta las bases para las habilidades más complejas en el futuro. Seguro lo habrás visto: un bebé moviendo torpemente sus brazos, y cuando le das algo (lo que sea) para que lo sujete, lo toma como si fuera lo más importante de su vida.
Se trata, justamente, de ese descubrimiento de las cosas. Descubrimiento del mundo. A medida que van creciendo y conforme transcurren los primeros años, su motricidad se desarrolla y perfecciona gradualmente. De esta manera es como pueden realizar una amplia gama de actividades cada vez más sofisticadas.
Alrededor de los 6 meses de vida, muchos de ellos logran dominar lo que se conoce como “agarre de pinza”, donde pueden agarrar objetos pequeños entre su pulgar e índice. Este logro les permite explorar y manipular objetos con mayor precisión, sino que también les brinda nuevas oportunidades para aprender y experimentar con su entorno.
El fomento de la motricidad fina en los bebés es fundamental para su desarrollo integral. Proporcionarles acceso a una variedad de juguetes y actividades que estimulen estas habilidades es esencial para el crecimiento y el aprendizaje.
Los juguetes para el desarrollo de bebés, como bloques de construcción, rompecabezas de piezas grandes y libros con solapas, son indispensables. Es que resultan objetos fundamentales para promover la coordinación de las manos y los ojos, así como también la destreza manual.
Jugar con la plastilina o rasgar el papel, por ejemplo, es otra de las actividades bien simples pero muy efectivas para este proceso.
Para verlas más en detalle, es importante destacar que existen diferencias entre aquellos juguetes que son para bebés recién nacidos y aquellos para niños de 3 años. Veamos.
¿Qué juegos se pueden usar para desarrollar la motricidad fina en bebés?
- Gimnasio para bebés con juguetes colgantes: Estos gimnasios tienen juguetes que cuelgan de arcos sobre una colchoneta. Los bebés pueden estirarse y agarrar los juguetes, lo que les ayuda a fortalecer los músculos de sus manos y brazos.
- Sonajeros: Estos juguetes no solo hacen ruido, sino que también son fáciles de agarrar. Los bebés pueden sacudirlos y explorarlos con sus manos. Eso les ayuda a desarrollar destreza y coordinación.
- Mordedores con texturas: Si bien los mordedores están diseñados para que los bebés los mastiquen, también son excelentes para que exploren con sus manos. Los bebés pueden agarrarlos, girarlos y sentir las diferentes texturas. Es beneficioso para estimular sus sentidos.
- Libros de tela interactivos: Estos libros suaves y coloridos están llenos de solapas, etiquetas y texturas diferentes. Los bebés pueden explorarlos con sus manos y dedos, lo que les ayuda a desarrollar su coordinación de las manos y el ojo, además de su sensibilidad táctil.
- Cubos apilables y encajables: Estos juguetes vienen en diferentes tamaños y formas, y los bebés pueden apilarlos o encajarlos unos dentro de otros. Esta actividad no solo es divertida, sino que también ayuda a los bebés a desarrollar su coordinación y su comprensión de conceptos de espacio.
- Juguetes de ensartar: Consisten en cuentas de colores que se pueden ensartar en cordones. Se puede practicar agarrar las cuentas y pasarlas por los cordones. Eso ayuda a la destreza y a la coordinación.
¿Qué juegos se pueden usar para desarrollar la motricidad fina en niños de 3 años?
Decíamos que existen diferencias entre los bebés y los pequeños de 3 años. A esta edad, los niños ya desarrollaron habilidades motoras de envergadura. Por eso, los juguetes destinados a estimular su motricidad fina deben ser algo más complejos.
- Mayor complejidad y precisión: A los 3 años, los chicos pueden realizar movimientos más precisos y coordinados con sus manos y dedos. Puede ser completar rompecabezas con piezas más pequeñas, por ejemplo.
- Mayor variedad de habilidades requeridas: A esta edad, los niños ya manejan una variedad más amplia de habilidades. Por eso, ya no solo se trata de proponerle tareas de agarre o manipulación, sino también que implique cortar, doblar, pegar y construir. Puede ser, por ejemplo, con bloques de construcción magnéticos o juegos de construcción con piezas de diferentes formas y tamaños.
- Actividades más creativas y artísticas: Los niños pueden expresar su creatividad a través de actividades artísticas más complejas que requieran el uso de materiales más pequeños, como lápices de colores, crayones de cera, papel de construcción.
- Juguetes de concentración y coordinación: Los niños, ya avanzados en habilidades, están capacitados para comenzar a participar en juegos que requieran mayor concentración y precisión, como lanzar pelotas a blancos específicos o manipular objetos con pinzas. Ejemplo de ello puede ser el lanzamiento con aros y pelotas que precisen de puntería.
Las bases para un crecimiento saludable
Es importante destacar que el desarrollo de la motricidad fina tiene implicancias físicas, como hemos dicho, pero no solo eso. También es capaz de estimular componentes cognitivos y emocionales.
A medida que los bebés adquieren habilidades motoras más refinadas, también están fortaleciendo su capacidad para resolver problemas, expresar su creatividad y desarrollar su autoestima y confianza en sí mismo.
Como hemos visto, existen diversos estilos de juguete para distintas etapas de la infancia. Solo tomamos como parámetro dos edades distintas, pero a medida que el niño crece va precisando de nuevos estímulos y desafíos.
Por ende, proporcionar oportunidades adecuadas para que los niños desarrollen sus habilidades motoras finas desde una edad temprana es esencial. Así se establecen las bases para un crecimiento saludable y continuo a lo largo de la vida.
