Tito Aguilar Velasco era un albañil de 24 años, venía de Veracruz, era uno de los trabajadores para la construcción del tren México-Toluca, fue linchado en Cuajimalpa. Todo comenzó cuando caminaba en la calle de San Mateo Tlaltenango, iba ebrio y al chocar con otra persona, comenzó una pelea. El conocido del pueblo al verse superado comenzó a pedir ayuda y gritar que era un “robachicos”
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Las campanas sonaron en la iglesia del pueblo y más habitantes llegaron, lo golpearon, policías del lugar lo resguardaron, sin embargo, 300 personas fueron por él, lo acuchillaron y golpearon y aunque fue resguardado, murió de camino al hospital.
¿De verdad merecemos matar a todas las personas sin un juicio? ¿O necesitamos a alguien que sea una autoridad imparcial, tanto en material penal como en otras?
Conoce la Reforma 102, y firma la propuesta ciudadana.
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