La destacada primatóloga y conservacionista británica Jane Goodall murió hoy a los 91 años de edad en California, por causas naturales.
El legado de Jane Goodall cambió radicalmente la forma de ver a los chimpancés y la conexión profunda entre esos primates y la especie humana.
“Sus hallazgos como etóloga revolucionaron la ciencia, y era una incansable activista por la protección y restauración de nuestro mundo natural”, informó el Instituto que lleva su nombre.

Goodall imitaba a los chimpancés, se sentaba con ellos en árboles y compartía sus bananas en misiones pioneras de investigación en Tanzania en el hábitat de los animales.
Fue la primera científica en darse cuenta que los chimpancés utilizan herramientas y sienten emociones.
El legado de Jane Goodall
Nacida en Londres en 1934 y criada en Bournemouth, en la costa sur de Inglaterra, Goodall soñaba con vivir entre animales salvajes. Su pasión por los animales, dijo, fue avivada por el regalo de un gorila de peluche de su padre y creció mientras se sumergía en libros como “Tarzán” y “Doctor Dolittle”.

Dejó a un lado sus sueños tras abandonar la escuela, incapaz de costearse la universidad. Trabajó como secretaria y luego para una empresa cinematográfica, hasta que la invitación de un amigo a visitar Kenia puso la selva -y sus habitantes- al alcance de su mano.
Tras ahorrar dinero para el viaje, en barco, Goodall llegó al país de África Oriental en 1957. Allí, un encuentro con el famoso antropólogo y paleontólogo doctor Louis Leakey y su esposa, la arqueóloga Mary Leakey, la encaminó hacia el trabajo con primates.
Bajo la dirección de Leakey, Goodall creó la Reserva de Chimpancés del Arroyo Gombe, más tarde rebautizada Centro de Investigación del Arroyo Gombe, cerca del lago Tanganica, en la actual Tanzania.
Allí descubrió que los chimpancés comían carne, libraban feroces guerras y, quizá lo más importante, fabricaban herramientas para comer termitas.
“Ahora debemos redefinir la herramienta, redefinir al hombre o aceptar a los chimpancés como humanos”, dijo Leakey sobre el descubrimiento.
Si bien interrumpió sus investigaciones para obtener un doctorado en la Universidad de Cambridge, Goodall permaneció en la selva durante años. Su primer marido y colaborador habitual fue el cámara Hugo van Lawick.