La paprika, también conocida como pimentón en polvo, es una especia fundamental en cocinas de todo el mundo, apreciada por su vibrante color rojo y su versátil sabor. Aunque es fácil comprarla, aprender cómo hacer paprika en casa es un proceso sencillo que te permite controlar la calidad, el sabor y hasta el nivel de picante. Descubre cómo transformar un simple pimiento rojo en un condimento casero excepcional y 100% natural.

El ingrediente clave: la elección del pimiento rojo
El secreto para una buena paprika reside en un solo ingrediente: el pimiento rojo o pimiento morrón. Sin embargo, hay un pequeño truco que pocos conocen y que puede cambiar por completo el resultado final. ¿Sabías que los pimientos tienen “género”?
- Pimiento femenino (dulce): Lo identificarás porque tiene tres protuberancias o lóbulos en la base. Este tipo de pimiento es más dulce y es el ideal si buscas una paprika dulce y aromática.
- Pimiento masculino: Este tiene cuatro lóbulos en su base. Su sabor es menos dulce, perfecto si prefieres un pimentón con un perfil de sabor más neutro que no altere el dulzor de tus platillos.
Para esta receta, puedes usar el que prefieras o una combinación de ambos para equilibrar el sabor a tu gusto.
Guía paso a paso para hacer paprika en casa
Hacer tu propio pimiento rojo en polvo es más fácil de lo que imaginas. Solo necesitas un poco de paciencia para el proceso de secado. ¡Manos a la obra!
Ingredientes
- 4 pimientos morrones rojos (los de tu elección, femeninos o masculinos).
- Chiles de árbol secos al gusto (opcional, para una paprika picante).

1. Preparación de los pimientos: el primer paso crucial
Lo primero y más importante es lavar muy bien los pimientos. Una vez limpios, sécalos completamente con una toalla de papel. Este paso es crucial para evitar que la humedad afecte el secado. Luego, córtalos en rodajas finas, desechando el tallo. El paso más importante es retirar absolutamente todas las semillas y las venas blancas del interior, ya que estas pueden aportar un sabor amargo a tu paprika.
2. El deshidratado: un paso de paciencia con tres métodos
Para convertir los pimientos en polvo, primero deben estar completamente secos y crujientes. Tienes varias opciones para lograrlo:
- Al sol: Es el método más tradicional. Extiende las rodajas de pimiento sobre una rejilla o en un deshidratador solar casero. Déjalos bajo el sol directo durante varios días. Sabrás que están listos cuando se sientan quebradizos al tacto y tengan un color oscuro.
- En el horno: Si quieres acelerar el proceso, este es tu método. Coloca las rodajas en una rejilla para horno y hornéalas a la temperatura más baja posible (alrededor de 50-60 °C o 120-140 °F) con la puerta ligeramente entreabierta. Esto permite que la humedad escape. El proceso puede durar varias horas.
- Freidora de aire o deshidratador eléctrico: Si cuentas con uno de estos aparatos, el proceso es aún más sencillo. Sigue las instrucciones del fabricante para deshidratar vegetales, usualmente a baja temperatura durante 5 a 8 horas.
3. La molienda: el toque final para un polvo perfecto
Una vez que tus rodajas de pimiento estén totalmente deshidratadas y crujientes, es hora de la magia. Colócalas en el vaso de una licuadora potente o un procesador de alimentos. Si deseas una paprika picante, este es el momento de añadir los chiles de árbol secos y sin semillas. Procesa todo a alta velocidad hasta obtener un polvo fino y homogéneo. Para una textura extrafina, puedes pasar el polvo por un colador.
¡Y listo! Ya sabes cómo hacer paprika en tu casa. Guárdala en un frasco de vidrio hermético y en un lugar fresco y oscuro. Así, tu condimento casero conservará su color y sabor por mucho más tiempo, listo para darle un toque especial a tus quesos, arroces, carnes y guisos. Para más información sobre los usos de esta especia, puedes consultar la definición en Larousse Cocina.