Para muchas personas, escanear un auto sigue siendo un recurso que se usa solo “cuando algo falla”. Sin embargo, cada vez más talleres y expertos en seguridad vial insisten en cambiar esa mentalidad. Escanear un auto no es un lujo ni un tecnicismo: es un acto de responsabilidad.
“Es como ir al médico antes de que aparezcan los síntomas”, dice Esteban Ramírez, mecánico con más de 20 años de experiencia en diagnósticos electrónicos. “Muchas veces el auto no da señales evidentes, pero ya hay sistemas internos que están fallando. Y eso, en la calle, puede ser fatal”.

Tecnología que habla, si sabes escuchar
Los vehículos modernos están equipados con múltiples sensores y computadoras que registran cualquier anomalía. Pero esos “mensajes” quedan ocultos si no se usa un escáner para interpretarlos. Es como si el auto hablara un idioma que solo algunos dispositivos pueden traducir.
“Con el hecho de escanear un auto podemos detectar fallas en los frenos, en el motor, en las emisiones… incluso en el sistema de bolsas de aire”, explica Mariana Díaz, ingeniera electrónica especializada en movilidad. “A veces es una tontería, como un sensor suelto. Otras veces, es una bomba de tiempo”.
Un hábito que puede evitar tragedias
Carlos, un padre de familia que viaja seguido a la costa, aprendió esta lección por las malas. “Antes de salir de viaje, llevé el auto a lavar, revisar las llantas y listo. Nunca pensé en un escaneo”, cuenta. “Al tercer día, el auto se detuvo en plena carretera. Resultó que había una falla en la bomba de combustible que el escáner habría detectado en segundos”.
Ahora, Carlos lo tiene claro: escanear su auto forma parte de la rutina antes de cualquier viaje. “Es parte de cuidar a los míos”, dice.
¿Cuándo debería escanear mi auto?
Aunque no hay una regla única, los expertos recomiendan hacer un escaneo:

Cada 6 meses, como parte de un mantenimiento preventivo.
Antes de comprar un auto usado.
Antes de salir a un viaje largo.
Cuando aparece alguna luz en el tablero (aunque se apague después).
Después de un choque, por leve que parezca.
Invertir en tranquilidad
El costo de un escaneo varía según el taller, pero ronda entre los $20 y $50 dólares. Comparado con el gasto que implica una reparación mayor —o peor aún, un accidente—, el balance es más que favorable.
“Es una inversión en tu seguridad, la de tus pasajeros y la de los demás en la vía”, concluye Esteban.
Escanear tu auto no es solo una decisión técnica, es una decisión humana. Porque, a fin de cuentas, cada kilómetro que recorremos debería empezar con una sola certeza: que el vehículo está tan preparado como nosotros para llegar a destino.







