Un lenguaje alternativo para la vida diaria

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La Comunicación No Violenta, también conocida como Comunicación Empática nos invita a usar un lenguaje alternativo, que valore la expresión auténtica de cada quien y la escucha empática de lo que se quiere comunicar para acercarnos a las demás personas.

Un punto muy importante es tener clara la intención al momento de comunicar. ¿Para qué es esa comunicación? ¿Cuál es el propósito del mensaje? Podría ser: aclarar, conectar, asegurar, compartir o expresar un sentimiento. Ya con la intención está clara, se busca seguir los siguientes 4 pasos:

  1. Observación: hacer una descripción de lo que está sucediendo o de lo que sucedió tal cual es o fue, sin evaluaciones y sin juicios. Como si fuera una cámara de video que está reportando lo que ocurre.

Por ejemplo: “observo que llevas 15 minutos leyendo un artículo”. En este caso únicamente se dice lo que es evidente para cualquier persona que observe esa escena. Se busca describir lo observado y no tiene que ver con el observador.

En el lenguaje que se usa frecuentemente se diría algo así: “ahora qué te pasa, estás leyendo muchísimo y nunca lees nada que no sea Facebook o las noticias, ¿no tienes nada que hacer?”. En este caso adjetivos, interpretaciones, evaluaciones y juicios tienen más que ver con el observador que con lo que realmente está sucediendo.

  • Sentimiento: expresar lo que se está sintiendo dado lo observado. Puede ser una sensación física, una experiencia corporal o una señal interior que se integra y da como resultado un sentimiento o emoción.

Los sentimientos que pueden surgir al satisfacer una necesidad son: calma, placer, apertura, afecto, interés y actividad.

Los sentimientos que pueden surgir cuando una necesidad no está satisfecha son: miedo, ira, tristeza, dolor, cansancio, sorpresa y vergüenza.

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De cada uno de los anteriores surgen diferentes gamas o niveles. Por ejemplo, en cansancio podría ser agotamiento, fatiga o debilidad.

  • Necesidad: detectar cuál es la necesidad dado lo que se está sintiendo. Las necesidades son universales y toda acción es un intento de satisfacerlas.

Algunas necesidades pueden ser: 

  • Subsistencia- agua, aire, descanso
  • Seguridad- paz, confianza, protección
  • Libertad- autonomía, independencia
  • Sentido- claridad, comprensión, propósito
  • desarrollo- aprendizaje, creatividad
  • identidad- afirmación, autenticidad
  • necesidades de relaciones- amor, afecto  
  • recreación- juego, reír
  • celebración- compartir, agradecimiento
  • Petición: dada la necesidad que surge, qué acción se busca y cómo podría atenderla.

Usando el ejemplo del inicio: “observo que llevas 15 minutos leyendo un artículo, me siento curioso respecto al tema y valoraría mucho que podamos pasar un tiempo juntos  para que me cuentes, ¿estarías dispuesto a hacerlo en algún momento del día?”  la petición viene al final: “¿estarías dispuesto…?.

De esta manera, la petición está en positivo, es decir que se pide lo que se quiere y no lo que no se quiere (¡ya no me ignores!). Se hace en el momento presente y con apertura al resultado, de tal forma que podría recibir un no como respuesta.

Este lenguaje alternativo, elimina juicios, nos permite expresar y escuchar sentimientos y necesidades en lugar de pensamientos o ideas, y se basa en la libertad de elegir de cada ser humano, sin imponer o demandar a las demás personas. En pocas palabras, busca que nos conectemos con un flujo natural de dar y recibir desde el corazón (libre de culpa, obligación y vergüenza).

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