Lo que comenzó como una salida nocturna con amigos terminó en una celda del Centro de Sanciones Administrativas y de Integración Social, mejor conocido como el “Torito”.
Cada fin de semana, decenas de personas son remitidas por infringir el programa Conduce sin Alcohol, vigente desde 2003 en la Ciudad de México.
Esta es la experiencia de un ciudadano promedio, Juan “N”, de 34 años, quien fue detenido en un punto de revisión al salir de una fiesta en la colonia Roma Norte.
El alcoholímetro no perdona
Eran las 2:15 a.m. del sábado cuando Juan fue detenido por oficiales de tránsito. Tras una breve conversación, le solicitaron realizar la prueba de alcoholemia. El resultado: 0.42 mg/l de alcohol en aire espirado, por encima del límite legal de 0.40 mg/l.

“Creí que estaba bien para manejar. Sólo tomé un par de copas”, relató Juan.
Con base en la Ley de Cultura Cívica y el Reglamento de Tránsito de la CDMX, fue trasladado de inmediato al “Torito”, ubicado en la alcaldía Miguel Hidalgo.
26 horas tras las rejas
Al llegar al centro, Juan fue registrado, se le retiraron sus pertenencias personales y se le asignó una celda compartida con otros detenidos. La sanción: 36 horas de arresto, que en algunos casos puede reducirse a 26 horas si se coopera y no hay agravantes.

Durante su estancia, Juan tuvo acceso a alimentos, servicios médicos y una colchoneta. A las 2:00 a.m. del domingo, fue liberado, visiblemente cansado y arrepentido.
Multas, corralón y antecedentes
Además del arresto, las consecuencias económicas son significativas:
Multa de hasta 3,500 pesos por conducir en estado de ebriedad.
Pago del arrastre y corralón del vehículo: entre 800 y 1,500 pesos dependiendo de la zona y el tiempo.
Curso obligatorio de sensibilización vial en algunos casos.
Y lo más importante: aunque no genera antecedentes penales, sí queda un registro administrativo que puede afectar procesos legales futuros o empleos sensibles.
¿Qué pasa con el coche y los acompañantes?
En el caso de Juan, su auto fue llevado al corralón. Sus acompañantes, al no haber infringido la ley, quedaron libres. En otros casos, si un acompañante está sobrio y con licencia vigente, puede llevarse el vehículo sin arrastre.
Más que una sanción, una lección
“La verdad, no volveré a manejar después de tomar. No vale la pena el riesgo, ni el gasto, ni la vergüenza”, reflexiona Juan al salir del “Torito.
Las autoridades insisten: el objetivo del programa no es castigar, sino salvar vidas. Según datos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, desde su implementación se han reducido significativamente los accidentes fatales relacionados con el alcohol.
¿Qué debes saber para evitar caer en el “Torito”?
El límite legal de alcohol es 0.40 mg/l en aire espirado.
Los operativos son aleatorios y se intensifican jueves a domingo y en días festivos.
Puedes negarte a soplar el alcoholímetro, pero eso implica arresto inmediato.
Si fuiste detenido injustamente o se violaron tus derechos, puedes presentar una queja ante la CDHCM.







