Superviviente del puente de Baltimore: La tragedia perdura

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Supervivencia el 26 de marzo de 2024, la ciudad de Baltimore se vio envuelta en una tragedia cuando el puente Francis Scott Key colapsó sobre el río Patapsco, dejando un saldo de seis trabajadores latinos muertos. Entre ellos, se encontraba el cuñado y sobrino de Julio Cervantes Suárez, quien milagrosamente logró sobrevivir. En una entrevista exclusiva con NBC News, Cervantes Suárez, un mexicano de 37 años originario de Michoacán, describe los momentos de terror que vivió aquella fatídica noche. “Vi cómo los camiones donde descansaban mis compañeros caían al agua”, relata con la voz entrecortada. “Pensé que no íbamos a salir”.

Momentos de agonía y la lucha por la supervivencia

Cervantes Suárez, quien se encontraba en el mismo vehículo que sus compañeros, recuerda haber sentido un golpe estrepitoso y luego el frío del agua helada envolviéndolo todo. “Lo que dije fue gracias a Dios por la familia que me dio”, recuerda sobre sus plegarias en esos momentos angustiantes. “Pedí que cuidara a mi esposa, a mis hijos y a mi familia”. Desesperado por encontrar a sus compañeros, Cervantes Suárez los llamó a gritos, pero solo encontró un silencio sepulcral. “Lamento no haber hecho que mi sobrino se quedara a mi lado”, confiesa con dolor. “Si le hubiera dicho que viniera conmigo, tal vez hubiera sido diferente. Quizás estaría aquí con nosotros”.

A pesar de no saber nadar, Cervantes Suárez logró escapar del camión que se hundía. Con la adrenalina corriendo por sus venas, bajó la ventanilla y se aferró a unos escombros. Allí, en medio del frío y la oscuridad, permaneció durante 25 minutos hasta que un barco de la Autoridad de Transporte de Maryland lo rescató.

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Las secuelas de la tragedia

Las heridas físicas y emocionales de Cervantes Suárez aún sanan. Tras el accidente, fue tratado por una lesión en el pecho y aún padece dolores en el pecho y la pierna izquierda. Sin embargo, el dolor más profundo reside en la pérdida de sus compañeros y la culpa por no haber podido salvarlos. “Recuerdo todo el tiempo los minutos previos al desplome y el momento cuando cae a las heladas aguas del río”, confiesa con la mirada perdida. “Fue entonces cuando me di cuenta de lo que pasó”. Las familias de las víctimas, incluyendo la de Cervantes Suárez, enfrentan un futuro incierto. Las autoridades tardaron varias semanas en recuperar todos los cuerpos, y ahora, las familias tienen hasta septiembre para presentar un reclamo como parte de la demanda que la ciudad de Baltimore interpuso contra las empresas propietarias y administradoras del barco que provocó el accidente.

Mientras tanto, Cervantes Suárez se aferra a la esperanza de encontrar un poco de paz y sanación. “Quiero seguir adelante, pero es difícil”, admite. “Solo quiero que se haga justicia y que mis compañeros descansen en paz”.

Un recordatorio de la fragilidad de la vida y la supervivencia

La tragedia del puente Francis Scott Key es un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de la seguridad en el trabajo. Las familias de las víctimas y el propio Julio Cervantes Suárez llevan tatuadas en su corazón las cicatrices de este terrible suceso, mientras buscan la justicia y la fuerza para seguir adelante.

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