La icónica canción de Alejandra Guzmán, “Llama por favor“, fue dedicada a su ex-manager y prometido, Fernando Iriarte, y no a Pablo Moctezuma. La confusión surge de un rumor reciente, pero la cronología de los hechos lo desmiente. La relación entre Fernando Iriarte y Alejandra Guzmán terminó abruptamente en 1990, justo antes de que se lanzara el álbum “Eternamente Bella”, que incluye la canción. Según el productor Miguel Blasco, la frase “si llama, por favor” nació de la desesperación de Alejandra tras ser abandonada por Iriarte. Su relación con Pablo Moctezuma comenzó años después.
La anatomía de un himno de despecho
Hay canciones que son mucho más que melodías; son cicatrices, gritos de auxilio convertidos en arte. Y en el vasto cancionero del rock en español, pocas baladas de despecho son tan viscerales y desgarradoras como “Llama por favor“ de Alejandra Guzmán.
Esa súplica desesperada, esa mezcla de rabia y anhelo, ha resonado en los corazones rotos de varias generaciones. Y como con todas las grandes canciones de “La Guzmán”, cuya vida ha sido un torbellino de pasiones y escándalos, la pregunta es inevitable: ¿para quién fue escrita?
En los últimos meses, un rumor en redes sociales ha ganado fuerza, asegurando que la canción fue un dardo para Pablo Moctezuma, el padre de su hija Frida Sofía. Sin embargo, una mirada a la cronología de la vida de la “Reina del Rock” y los testimonios de quienes estuvieron ahí, nos cuentan una historia diferente, una mucho más ligada a uno de los romances más apasionados y polémicos de los años 80: el que vivió con su entonces manager, Fernando Iriarte.
La teoría de Pablo Moctezuma: ¿Por qué no cuadra?
La teoría que ha circulado en TikTok y otras plataformas sugiere que Alejandra escribió “Llama por favor” después de que Pablo Moctezuma la abandonara, justo después del nacimiento de su hija, Frida Sofía, en 1992.
Sin embargo, esta versión se desmorona por varias razones:
- La fecha de lanzamiento: “Llama por favor” fue incluida en el álbum “Eternamente Bella”, que se lanzó en 1990. Alejandra Guzmán y Pablo Moctezuma comenzaron su relación después de esa fecha. Es cronológicamente imposible que la canción fuera para él.
- La verdad sobre la ruptura: La propia Alejandra Guzmán, en una entrevista con Yordi Rosado, ha contado que fue ella quien terminó la relación con Moctezuma. Estaba cansada de los malos tratos y de la violencia. La gota que derramó el vaso, según su relato, fue un episodio de violencia física en 1993, después del lanzamiento del video “Míralo, míralo”, cuando él la habría golpeado por celos. Ella fue quien se fue, no al revés.
Estos dos hechos desmontan por completo la teoría de Moctezuma y nos obligan a mirar más atrás en la biografía sentimental de la cantante.
La verdadera historia: Fernando Iriarte y Alejandra Guzmán, un amor de rock and roll
A finales de los años 80, la relación entre Fernando Iriarte y Alejandra Guzmán era la comidilla del mundo del espectáculo. No era para menos. Él era su manager, el hombre que guiaba su carrera, y el hijo de una de las periodistas de espectáculos más poderosas de México, Maxine Woodside. Ella era la “chica mala” del rock, la heredera rebelde de la dinastía Pinal.
- Un romance apasionado: Su relación era intensa, pública y llena de altibajos. Fernando venía de un matrimonio fallido con la cantante Yuri (un enlace secreto que, curiosamente, fue apadrinado por Luis Miguel). Alejandra estaba perdidamente enamorada y soñaba con convertirse en la segunda esposa de Iriarte.
- La ruptura abrupta: Pero el sueño se rompió. En 1990, de la noche a la mañana, Fernando Iriarte la abandonó. Desapareció de su vida sin dar mayores explicaciones, y según se cuenta, se llevó consigo una considerable suma de dinero de la cantante.
El nacimiento de “Llama por Favor”
Aquí es donde entra el testimonio clave de una persona que vivió el drama en primera fila: el productor español Miguel Blasco, uno de los artífices del éxito de Alejandra en esa época y padrino de Frida Sofía.
Blasco ha relatado que, tras la huida de Iriarte, encontró a una Alejandra Guzmán completamente devastada y desesperada. En medio de su dolor, ella le repetía una y otra vez la frase que se convertiría en el corazón de la canción:
“Si llama, por favor…”
Esa súplica, esa mezcla de esperanza y resignación, fue la génesis del himno. Blasco, con su genio para convertir el drama en oro musical, tomó esa frase y, junto con los compositores, construyó una de las baladas más poderosas de la carrera de Alejandra.
La canción, lanzada en 1990, capturó a la perfección el sentimiento de abandono y la angustia de esperar una llamada que probablemente nunca llegará. Se convirtió en un éxito masivo, no solo porque era una gran canción, sino porque era real. Era el corazón roto de Alejandra Guzmán puesto en un disco.
La furia de Enrique Guzmán
La historia no termina ahí. La ruptura fue tan escandalosa que hasta el padre de Alejandra, el legendario Enrique Guzmán, tomó cartas en el asunto. Según ha contado la propia Maxine Woodside, madre de Iriarte, Don Enrique, furioso por cómo habían tratado a su hija, habría ordenado a alguien que entrara a la casa de Fernando y, como una escena de película de mafiosos, le arrancara las mangas a todos sus sacos. Un acto simbólico y teatral, muy al estilo de los Guzmán.
El dolor que se hizo canción
La historia detrás de “Llama por favor” es un claro ejemplo de cómo Alejandra Guzmán ha sabido convertir las heridas de su vida en su mayor fortaleza artística. Sus canciones no son solo productos de la industria; son capítulos de su biografía, crónicas de sus batallas personales que resuenan con millones de personas que también han tenido el corazón roto.
Aunque el rumor sobre Pablo Moctezuma ha ganado popularidad en la era de la desinformación de TikTok, la verdad histórica es mucho más coherente y poderosa. La canción no es para el padre de su hija, sino para el gran amor de su juventud, el hombre que la abandonó y que, sin saberlo, le regaló la inspiración para uno de sus mayores éxitos.
Así que la próxima vez que escuches esa desgarradora balada, recuerda la historia de amor y desamor entre Fernando Iriarte y Alejandra Guzmán. Porque en cada nota, en cada grito de “¡llama, por favor!”, se esconde el eco de un corazón roto que, en lugar de rendirse, decidió convertir su dolor en una canción eterna.
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