La tecnología dio un paso impresionante hacia el futuro con la creación de un holograma interactivo que se puede tocar y manipular, desarrollado por investigadores de la Universidad Pública de Navarra (UPNA). Por primera vez, las imágenes tridimensionales suspendidas en el aire no solo pueden verse, sino también moverse y sentirse como si fueran objetos reales. Una hazaña que parecía ciencia ficción, hoy está un poco más cerca de formar parte de nuestra vida diaria.
¿Quién está detrás del proyecto?
Este avance está liderado por la doctora Elodie Bouzbib, quien junto con su equipo logró desarrollar una pantalla volumétrica interactiva que no necesita gafas especiales, controladores ni pantallas 3D para funcionar. Simplemente te acercas y puedes tocar el holograma con tus manos.

También participa el doctor Asier Marzo, conocido por sus investigaciones en levitación acústica. Ambos investigadores han conseguido lo que antes parecía imposible: que podamos interactuar con gráficos flotantes sin ningún accesorio especial.
¿Qué es exactamente esta tecnología?
Aunque muchas veces se utiliza el término “holograma” de forma genérica para hablar de cualquier imagen flotante, lo que la UPNA ha creado no es una simple proyección en 3D, sino una pantalla volumétrica real: un dispositivo que genera gráficos tridimensionales visibles desde cualquier ángulo, suspendidos en el aire.

Lo más revolucionario es que estos objetos virtuales pueden ser tocados y manipulados directamente con las manos. No se necesita ningún tipo de guante, ni sensores externos. Es una interacción completamente natural, como si estuviéramos tocando un objeto físico.
¿Cómo funciona?
La clave está en una tecnología llamada FlexiVol, que permite que los usuarios se acerquen al dispositivo y comiencen a interactuar al instante. No hay que calibrar nada, ni seguir pasos complicados. Simplemente te aproximas, ves el objeto tridimensional frente a ti, y puedes moverlo, girarlo o explorarlo con tus propias manos.
Esto representa un cambio radical frente a los hologramas anteriores, que si bien podían verse en 3D, no ofrecían interacción directa.
¿Dónde se puede usar?
Las posibilidades de usarlo en un futuro son enormes:
- Museos y exposiciones: Los visitantes ya no solo mirarían las piezas, sino que podrían tocar réplicas virtuales de artefactos históricos o explorar esculturas en 360 grados.
- Educación: Los estudiantes podrían interactuar con modelos anatómicos, estructuras moleculares o simulaciones científicas como si fueran objetos reales, lo que facilitaría el aprendizaje visual y colaborativo.
- Arquitectura e ingeniería: Profesionales podrían trabajar con modelos 3D manipulables en tiempo real, lo que agiliza el diseño, la presentación de ideas y la colaboración entre equipos.
Además, esta tecnología también beneficia a personas que no desean usar dispositivos en la cara (como gafas de realidad virtual) o en las manos (como guantes de interacción). Es una forma de ofrecer experiencias inmersivas más accesibles y naturales para todos.
El futuro ya no es ciencia ficción
La creación de FlexiVol y la posibilidad de tocar lo intangible representan uno de los avances más emocionantes en el campo de la interacción digital. Este desarrollo no solo promete cambiar la forma en que vemos y usamos la tecnología, sino que acerca el futuro a nuestras manos, literalmente.
Spain has unveiled the world’s first interactive holographic display. FlexiVol consists of multiple flexible mini-screens that let users push their fingers through the display itself.
One step closer to the screens of the future. pic.twitter.com/enZ6lCH0ED
— Based & Viral (@ViralBased) April 13, 2025
Ya no hablamos solo de pantallas o botones; hablamos de vivir dentro del contenido, de interactuar con la información como si fuera parte del mundo físico. Sin duda, es un gran paso hacia una tecnología más humana, intuitiva y sorprendente.
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