Thomas Matthew Crooks, presunto agresor de Donald Trump, estuvo presente en el mitin del expresidente tres horas antes del intento de homicidio, llamando la atención del Servicio Secreto debido a que portaba un telémetro, un equipo utilizado por cazadores para disparos de larga distancia.
Además, el joven de 20 años había informado a su empleador que necesitaba ausentarse el sábado y dejó a sus colegas con un inquietante mensaje final: que retornaría el domingo.
El Servicio Secreto en alerta
Aproximadamente a las 3 p.m. del sábado, Crooks se encontraba en la zona de control de seguridad del evento, intentando pasar por los detectores de metales con el telémetro, dispositivo usado por tiradores para calcular distancias, según informó CNN.
El aparato, que parece un pequeño par de binoculares, no le impidió entrar al mitin, sin embargo, alertó a las fuerzas del orden.
El Servicio Secreto lo vigiló, pero perdió el rastro de Crooks cuando abandonó el área segura.
Luego recogió el rifle que utilizó para disparar a Trump, matar a un asistente al mitin y herir a otros, de su automóvil, el cual también contenía un chaleco antibalas y dos dispositivos explosivos.
Alrededor de 40 minutos antes del tiroteo, Crooks volvió a estar en el radar del Servicio Secreto, y fue entonces cuando lo fotografiaron aparentemente arrastrándose por el suelo mientras recorría el área; la imagen comenzó a circular entre las fuerzas del orden como un avistamiento sospechoso a las 5:30 p.m.
Alrededor de las 6:11 p.m., Crooks tomó posición en un techo inclinado y disparó a Trump desde una distancia de alrededor de 100 metros, hiriéndolo en la oreja y matando al jefe de bomberos retirado Corey Comperatore.
El Servicio Secreto capturó una fotografía de Crooks una hora antes del tiroteo, lo que se sumó a la creciente evidencia de que sabían de su presencia mucho antes de que atacara al expresidente.
Además, otras dos imágenes publicadas recientemente también muestran una bicicleta propiedad de Crooks que encontraron cerca de la escena, y un detonador remoto, que se encontraba en su cadáver junto con su teléfono celular.
